El estado del hombre regenerado. El cristiano tratando de alcanzar una vida de santidad. No solo debe uno deleitarse en la ley de Dios, según el hombre interior, y desea hacer la voluntad de Dios, sino que necesita la divina omnipotencia para que Él haga la obra en mi. Filipenses 3:13
En Romanos 7, el hombre regenerado dice: la voluntad está presente en mí, pero no puedo hacerlo. Pero en Filipenses 2, tenemos a un hombre que entiende que cuando Dios ha renovado la voluntad, Dios da el poder para ejecutar aquello que su voluntad desea.
No debemos quedarnos en que es imposible para el hombre, debemos aprender que es posible para Dios.
La vida cristiana debería ser una serie de cosas imposibles hechas posibles y reales en el poder de Dios. Necesitamos de todo el poder de Dios para vivir como cristianos.
Todas las posibilidades de una vida cristiana elevada tiene su origen en una nueva
captación del poder de Cristo para obrar la voluntad de Dios en nosotros.
Debemos aprender a tener un trato íntimo con el Dios omnipotente para saber qué su omnipotencia está obrando en nosotros.
La causa de la debilidad de nuestra vida cristiana es que queremos obrar por cuenta propia y dejarle a Dios que nos ayude. Esto no debe ser así. Hemos de sentirnos completamente impotentes y dejar a Dios que obre, Él lo hará de modo glorioso.
Moises, Josué, todos los siervos de Dios del AT contaban con la omnipotencia de Dios para hacer imposibles. Dios está dispuesto a poner su omnipotencia a la disposición de cada hijo suyo.
Cuando Dios se hace cargo de nosotros en Cristo, es posible para Él hacer de nosotros hombres de entrega absoluta. Efesios 3:16
El corazón debe ser llenado desde arriba, desde la fuente de amor eterno, si es que ha de rebosar todo el día; entonces será natural para nosotros amar a nuestro prójimo, como es natural para el cordero el ser manso y para el lobo ser cruel.
El anhelar la santidad y la consagración es un anticipo de su poder. Dios opera primero en el querer y luego en el hacer. Estos anhelos son un testimonio y prueba de que Dios está obrando en el querer. Efesios 3:20. Gloria a Dios, el Omnipotente, que puede hacer más de lo que pedimos o pensamos.
Capítulo 6: Miserable hombre de mi
En Romanos 7 hay una descripción y promesa de la vida que un hijo de Dios puede vivir en el poder del Espíritu Santo. ¡Miserable de mí! Estas son las palabras de un hombre que ha llegado al final de dónde puede llegar.
El camino por el cual el hombre puede ser conducido del espíritu de servidumbre al espíritu de libertad. Romanos 8:15. El gran peligro de la vida cristiana es volver a caer en servidumbre.
El hombre regenerado.
No soy yo quién obra en aquello, sino el pecado que obra en mi. El hombre regenerado sabe que su corazón y su naturaleza ha sido renovada, y que el pecado es ahora un poder en él, pero que no es él mismo. Pablo explica el pecado no solo como una transgresión sino como un poder. El hombre regenerado es aquel en el cual la voluntad ha sido renovada.
El hombre impotente
Quiero hacer lo que es bueno, pero no encuentro el poder para ejecutarlo. Dios nos ha dado la voluntad. La voluntad en una criatura es como una vasija vacía en la cual el poder de Dios se manifiesta. Existe una aparente contradicción. Dios no ha operado el hacer en mi, sin embargo, la Biblia enseña que Dios provoca el querer como el hacer.
En Romanos 7:6-25, el hombre está luchando para cumplir la ley de Dios. Se muestra al creyente haciendo todo lo que puede para obedecer la ley de Dios con su voluntad regenerada. Es el yo regenerado, procurando, en su impotencia obedecer la ley sin ser llenado del Espíritu. Dios permite el fracaso para que el hombre regenerado aprenda acerca de su propia impotencia. El creyente se entristece viendo que es incapaz de obedecer la ley de Dios.
El hombre desgraciado
Dios le ha otorgado una nueva naturaleza que quiere amar a Dios, quiere obedecer, pero no puede. El corazón está quebrantado. La única manera para ingresar a Romanos 8 es con el corazón quebrantado. Es cuando el hombre es conducido a la confesión que la liberación está cerca. No solo es un sentimiento de impotencia y cautividad sino que es el sentimiento de pecar contra Dios. La Ley hacía su obra, haciendo el pecado sumamente penoso ante la vista. La idea de agraviar continuamente a Dios se vuelve intolerable. Esta desgracia es la que nos mueve a decir ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?
El hombre casi liberado
¿Quién me librará? Es un hombre que se siente atado. “Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo me ha liberado de la ley de pecado y de la muerte” Esta es la liberación por medio de Jesucristo. ¿Se puede mantener a un hombre cautivo una vez que ha sido hecho libre?
El hombre regenerado tiene el Espíritu de Cristo, pero no sabía lo que el Espíritu Santo podía hacer en él.
Dios no obra por medio del Espíritu como el resto de las fuerzas de la naturaleza. El nos guía considerándonos como seres racionales, inteligentes, y por tanto, cuando quiere darnos el Espíritu Santo, nos lleva al fin de nosotros mismos. Cuando comprendemos que somos incapaces, nos muestra que es en el Espíritu Santo que tenemos poder para la obediencia, la victoria y la santidad real.
Dios obra en el querer y está dispuesto a obrar en el hacer. La voluntad no basta. La voluntad es un don permanente, un atributo de la nueva naturales, pero le poder hacer no es un don permanente, lo da el Espíritu, debe ser recibo en todo momento. Solo por medio del Espíritu podremos vivir vidas santas. El ES nos da la victoria. Cuando reina en nosotros, da muerte a las obras de la carne día a día.
Hay que llegar a una decisión y a la acción. Hay dos clases de cristianos. La Biblia dice que los romanos, Gálatas y corintios ceden a la carne, pero que necesitan ser guiados por el Espíritu. Dios nos ha dado a su hijo para guardarnos cada día, y lo que hemos de hacer es confiar en Él.
¿De qué nos sirve ir a la iglesia, estudiar la biblia, orar, si nuestras vidas no están llenas del Espíritu Santo?
Solo una vida llena del Espíritu Santo nos capacita para vivir una vida de poder y de paz.
CAPÍTULO 7: Habiendo comenzado por el Espíritu
Gálatas 3:3
¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?
Nuestra vida espiritual no es lo que debería ser. ¿Por que los creyentes no viven a la altura de sus privilegios?
Dios no ha dado a su hijo Todopoderoso, Cristo, para ser el guardado en todo creyente, para hacer que Cristo sea una realidad siempre presente y para comunicarnos todo lo que tenemos en Cristo.
La razón de la falta de crecimiento es que no viven como los cristianos deben vivir.
Si bien habían empezado por el Espíritu, luego habían tratado de perfeccionar la obra del Espíritu por medio de la carne y por sus propios esfuerzos.
La gran necesidad de la iglesia. Dios ha llamado a la iglesia a vivir en el poder del Espíritu y la iglesia está viviendo en gran parte en el poder de la carne, y de la voluntad, la energía y el esfuerzo personal.
La iglesia debe volver al reconocimiento que el Espíritu Santo es su fuerza y su apoyo, deben renunciar a todo lo demás, y esperar en Dios para ser llena del Espíritu, y se verá la Gloria de Dios revelada entre nosotros.
Nada nos servirá, a menos que entendamos que hemos de vivir cada día bajo el poder del Espíritu Santo.
En Gálatas observamos:
1 - El comienzo de la vida cristiana es recibir el Espíritu Santo
2 - El gran peligro es olvidar que debemos vivir en el Espíritu y no por la carne.
3 - Los frutos y pruebas de que buscamos perfeccionarnos en la carne.
4 - El camino que conduce a la liberación
Recepción del Espíritu Santo.
El hombre justificado no puede vivir sino por el Espíritu Santo que lo selle. Debemos asegurarnos de esta gran verdad. Debemos recordar a los cristianos que han recibido el Espíritu Santo y que deben vivir conforme a su guía y su poder.
Descuidando al Espíritu Santo
Dios da a los cristianos el Espíritu Santo con la intención de que sepan siempre en qué dirección están avanzando, para que vivan bajo su poder. Es imposible vivir una vida de piedad si no es bajo el poder del Espíritu Santo.
Los Gálatas estaban en peligro porque querían perfeccionarse en la carne. La naturaleza humana, la voluntad y el esfuerzo humano pueden ser muy activos en la religión, después de la conversión y de haber recibido el Espíritu Santo, puedo empezar con mis propias fuerzas a procurar servir a Dios. Puede que sea diligente y haga mucho, y con todo, todo lo que he hecho es servicio en la carne y no en el Espíritu.
Es importante que Dios nos muestre si nuestra vida cristiana está bajo el poder de la carne o del espíritu.
El peligro es que la carne y la energía humana ha tomado el lugar que le corresponde al Espíritu Santo.
Falta de fruto del Espíritu Santo
El esfuerzo personal siempre termina en la carne. No hay posibilidad de un futuro próspero para la iglesia hasta que venga un cambio radical, hasta que la iglesia comience a ver que todo pecado en el creyente viene de la carne, de una vida carnal en medio de las actividades religiosas y del esfuerzo personal para servir por cuenta a Dios.
Sólo Dios puede obrar su voluntad en nosotros. Nosotros no podemos ejecutar la voluntad de Dios, pero su Espíritu sí puede, y hasta que la iglesia, y los creyentes individualmente lo comprendan, y cesen de hacer esfuerzos humanos la voluntad de Dios, y esperen al Espíritu Santo que venga con todo su omnipotencia, la Iglesia nunca será lo que Dios quiere que sea, y lo que Dios quiere hacer con ella.
Cediendo al Espíritu Santo
Debemos regresar al punto desde cual nos hemos quedado. El Espíritu Santo puede venir a nuestro corazón y con su divino poder santificarnos y hacernos capaces de realizar la bendita voluntad de Dios, y llenar nuestros corazones de gozo y fuerza. Dios desea dar a cada uno el poder del Espíritu Santo para la vida diaria. Dios quiere que nos levantemos y coloquemos nuestros pecados delante de Él y pidamos misericordia. Debemos confesar nuestro propio esfuerzo y autoconfianza. Sólo cuando somos vaciados y nos presentamos en vergüenza total ante Dios es que estamos preparados para recibir la bendición que viene de lo alto.
Hemos de mostrar al mundo lo que Dios hace en nosotros, no con nuestras palabras o enseñanzas, sino en nuestra vida.
¿Estás consagrado, entregado al Espíritu para que obre en ti y resida en ti? ¿Estás dispuesto a entregarte al poder del Espíritu Santo?
Solo Dios puede efectuar el cambio. Solo Dios, que nos da el Espíritu Santo, puede restaurar el poder en tu vida. Solo Dios puede reforzar con el poder de su Espíritu en el hombre interior. La respuesta llegará a todo corazón que espera y está dispuesta a hacer el sacrificio y darlo todo, y se entrega llorando y orando a Dios. La bendición está cerca. Dios se deleita en ayudarnos. Él nos hará posible perfeccionarnos, no en la carne, sino en el Espíritu, tal como la obra fue empezada, en el Espíritu.
Capítulo 8: Guardado por el poder de Dios
1 Pedro 1:5 - Somos guardados por el poder de Dios y guardados por la fe. De un lado está Dios con su omnipotencia para guardarnos en todo momento del día, somos guardados por el poder de Dios, y del otro lado, está nuestra humanidad que no tenemos nada más que hacer que tener fe y dejar que Dios haga la obra, somos guardados por la fe.
Tenemos una herencia guardada en los cielos y somos conservados en la tierra por el poder de Dios. El guarda mi herencia y me guarda a mi para la herencia.
Guardados por el poder de Dios
Lo que incluye esta guarda
Todo nuestro ser es guardado. La guarda de Dios lo incluye todo, no solo lo espiritual. Dios nos puede guardar de pecados graves como de pequeños. Dios puede guárdanos de todos los pecados. Si confiamos en la omnipotencia de Dios de modo total y absoluto, Él se deleitará en guardarnos.
La guarda requiere poder
La guarda no solo es completa sino todopoderosa. El Dios omnipotente se ofrece así mismo para obrar en mi corazón, para hacer la obra de guardarme y yo quiero unirme al omnipotente. Tener mi lugar en la palma de su mano.
Dios es nuestro escudo, refugio, torre fuerte, fortaleza y Salvación. Es el Dios Eterno el escondedero para el alma que cree, que guía al creyente y lo guarda en la palma de su mano, en lo secreto, bajo la sombra de sus alas.
Yo puedo experimentar el poder y la bondad de Dios sólo en tanto que estoy en contacto y comunión con Él, con su omnipotencia, que me ayuda cada día.
Todo lo que el Padre tiene está a disposición del hijo.
¿Qué es lo que no hará el Dios todopoderoso para el hijo que confía en Él?
“Más allá de todo lo que podemos pedir o pensar” Es en su omnipotencia en la que hemos de aprender a conocer y en la que hemos de confiar.
No podemos hacer la voluntad excepto por medio del poder de Dios. ¡Dios nos ayude a confiar en Él cada día!
Su guarda es continua
La vida de Dios es un poder sin límites que obra en nuestro favor. Dios viene a nosotros como un todopoderoso y sin ninguna condición se ofrece para ser nuestro guardador. Esto significa algo permanente, día a día, momento a momento.
Yo Jehová la guardo, cada momento la regaré; la guardaré de noche y de día, para que nadie la dañe. - Isaías 27:3
Dios ha prometido guardarnos en todo momento. Cada mañana Él estará contigo cuando te levantes. El cuida de nosotros continuamente con su poder sin límites. El tiene el poder protector de su mano sin interrupciones.
Guardaos por la Fe
La Fe implica invalidez, impotencia.
Debemos aprender a entregarlo todo, a decir por completo, no puedo hacer nada. Pablo aprendió a regocijarse en sus flaquezas. Cuándo más débil se sentía, mejor; porque cuando era débil era fuerte en el Señor.
Si deseamos ingresar a la vida elevada, debemos descender varios escalones.
Tenemos la necesidad de un sentimiento de vaciedad, desespero e insignificancia. Cuando nos hundimos en la impotencia total es cuando el Dios Eterno se nos revela con todo su poder y nuestros corazones aprenden a confiar sólo en Él.
¿Qué nos impide confiar plenamente en Dios?
El gran impedimento a la confianza en Dios es el esfuerzo personal. Confiamos tanto en nuestra sabiduría, nuestra fuerza y nuestros pensamientos que no confiamos en Dios. Pero cuando Dios nos quebranta, cuando todo comienza a entenebrecer antes nuestros ojos y vemos que no comprendemos nada, entonces es Dios se acerca y si nos inclinamos en nuestra insignificancia y esperamos en Dios, Él pasará a serlo todo.
En tanto que nosotros somos algo, Dios no puede serlo todo y su omnipotencia no puede hacer toda la obra. Este es el comienzo de la fe: una total desconfianza en el yo, un dejar de contar con nosotros o cualquier otra posibilidad terrena y hallar toda nuestra confianza sólo en Dios.
La Fe es el reposo.
Al principio la Fe lucha, pero cuando llega al final de sus fuerzas y sus recursos, entonces se echa en los brazos de Dios y descansa en Él, entonces viene el gozo y la victoria.
“Vuelve por tu camino. Tu hijo vive” El hombre de Capernaum creyó en la Palabra de Jesús. Descansó sobre su palabra. No pidió pruebas. Confió en la Palabra de Jesús. Esto es la Fe. Cuando Dios me da su promesa, confío. Su Palabra me basta. Soy guardado por el poder de Dios. Esto es Fe. Esto es reposo.
Es algo muy grande entrar en un pacto con el Dios omnipotente, no como resultado de algo que pueda decir el hombre o lo que el corazón siente, sino en la base de la Palabra de Dios. Guardado por el poder de Dios por la Fe.
No deseamos de Él nada más que lo que Él puede darnos, pero no esperamos nada menos. Que nuestra vida sea una prueba de lo que Dios puede hacer. Que nuestra alma tenga la disposición cada día de invalidez total, confianza y reposo, como un niño.
La Fe requiere comunión.
No se puede separar a Dios de su Palabra. No podemos recibir su poder estando separados de Él. Si quieres una vida de piedad, debes dedicar tiempo de comunión con Dios. Debemos ir a Dios omnipotente, a su Palabra, como una persona. Debemos tener tratos (acuerdos) con Dios, como lo tuvo el hombre de Capernaún. ¿Por que el hombre creyó en la Palabra de Jesús? El hombre vio y oyó algo que le hizo confiar. Esto lo puede ser Cristo. No intentemos estimular la Fe por nuestras fuerzas. Deja a tu corazón, mirá a Cristo y escuchá lo que te dice sobre la forma en que te guardará. Mira el rostro de tu Padre, pasa un tiempo diario con Él. Empieza una vida con un profundo sentimiento de vaciedad e insignificancia, como de un hombre que no tiene nada y que obtiene todo de Él. Él abrirá los cielos y conocerás su abundancia.
Haz un pacto con Dios, colocate en sus manos, cree plenamente que el Dios Eterno será tu compañero, va darte la mano en todo momento del día; será tu guardador, vigilando tus pasos sin interrupción. El Padre se deleitía en revelarse a nuestras almas constantemente.
La omnipotencia de Dios me cubre, y mi voluntad, en su pequeñez, descansa en esa omnipotencia y se regocija en ella.
CAPÍTULO 9: Vosotros sois las ramas
Juan 15:5
Es absolutamente esencial tener plena vida en Cristo. Que Cristo esté en nosotros, obran por medio de nosotros.
Si por medio del Espíritu Santo conociéramos nuestra relación con Cristo, nuestra obra sería cambiada en lo más brillante y celestial posible en la tierra. En vez de ser causa de cansancio y agotamiento, nuestra obra sería como una nueva experiencia, que nos uniría más a Cristo como no puede hacerlo nada más.
DEPENDENCIA ABSOLUTA
La dependencia absoluta e inalterable de Dios es la religión de los ángeles. Dios lo es todo para los ángeles. Si podemos aprender en todo momento del día a depender de Dios, todo irá bien. Tu vida llegará a las alturas si dependes absolutamente de Dios.
La vid hace toda la obra y la rama sólo disfruta del fruto de la obra.
Toda la responsabilidad de la obra se halla en Cristo. Cristo cuida de todo. Al enviarnos el Espíritu Santo nos llena y nos da la confianza de la dependencia, de modo continuo, no como un don especial, de vez en cuando, porque si consideramos la relación de las ramas con la vid podemos ver que es continua, incesante, y una continuidad que debe ser mantenida en todo tiempo. La savia fluye en todo momento. Debemos presentarnos cada día en completa invalidez, como uno que no sabe nada, que no es nada y que no puede hacer nada.
Cuando yo soy algo, Dios no lo es todo, pero cuando yo soy nada, entonces Cristo pasa a serlo todo.
El hombre que es o tiene algo, no puede depender; pero el hombre que no es o no tiene nada, depende de un modo absoluto. La dependencia absoluta de Dios es el secreto de todo poder. La rama no tiene nada, excepto lo que recibe de la vid. Nosotros no tenemos nada, excepto a Cristo.
REPOSO PROFUNDO
La vida de la rama no es sólo una vida de completa dependencia sino un profundo reposo. A pesar de toda nuestra prisa y esfuerzo en la obra de Cristo nunca prosperás. Lo primero que debemos aprender es a descansar en el Señor. Descansar simplemente en Él. Deja que Cristo lleve la responsabilidad.
Cuando más estrecho es el contacto con Cristo más nos llena de celo y de amor. Empiezas a trabajar en lo que realmente importa añadiendo al trabajo un profundo sentimiento de descanso. El hombre que se esfuerza por depender de Dios, pero se preocupa, no tiene descanso. Debemos buscar el lugar a los pies de Cristo cada día, en paz y descanso. Cristo es la fuente de todo fruto, descansa en Cristo, él puede darte sabiduría y fuerza. El reposo de Dios es paz y sosiego, santidad del cielo, que lleva bendición al corazón, más que cualquier palabra recibida.
FRUTO ABUNDANTE
Dios no sólo quiere que demos fruto, quiere que demos mucho fruto. Dios, el Padre, es el labrador, quién cuida de nosotros. El fruto sólo es resultado de la comunión con Dios. A menos que el hijo de Dios esté lleno del Espíritu Santo, no puede llevar fruto.
No confundamos obra con fruto. El fruto significa que la misma vida y el mismo poder y espíritu están dentro de nosotros. Cristo nos dará abundancia de sí para que podamos llevar mucho fruto.
La vida de la rama es una vida que lleva mucho fruto porque está enraizada en Cristo, la vid.
COMUNIÓN INTIMA
La rama permanece. La obra permanente es la obra del corazón, un corazón dependiendo y descansando en Jesús. La oración secreta. La comunión personal real con Cristo es de absoluta necesidad para la vida diaria del cristiano. Separa un tiempo diario para pasarlo a solas con Cristo. Si no estás dispuesto a pasar tiempo con Él, Él no podrá darte la bendición de la comunión ininterrumpida. Jesus nos pide que vivamos en estrecha comunión con él.
ENTREGA ABSOLUTA
La rama cortada no es útil para nada. Solo unida a la vid tiene un sentido, propósito, es útil. La entrega absoluta consiste en está entregado por completo a la vid, completa disposición. Cristo entregó su vida para hacer la voluntad del Padre, depender del Padre absolutamente. La felicidad está en vivir completamente para Dios. Ser una ramita que vive solo para la vid. Vivir cada día por completo de modo que Cristo hiciera su voluntad en mí.
Él nos ha comprado con su sangre. Le pertenecemos. Debemos vivir para Él. Él es nuestro Señor.
Buscamos la bendición de Dios mientras vivimos según nuestra voluntad, pero nuestra vida debería estar completamente rendida a SU VOLUNTAD. ¿Hay algo en mi, que hago, digo, pienso, que no está de acuerdo a tu voluntad, que no ha sido entregado por completo a ti?
Él es mi vida, y yo soy su rama, no quiero nada más, ahora que tengo la vid eterna. Tu eres la vida y yo la rama. Eso me basta. Mi alma está satisfecha.