“Yo anhelaba grandemente entender la Epístola de Pablo, a los Romanos y nada lo impedía sino una expresión, "la justicia de Dios," porque yo pensaba que se refería a la justicia donde Dios es justo y trata justamente castigando al injusto. Mi situación era que, aun siendo un monje impecable, yo estaba frente a Dios como un pecador atormentado de conciencia, sabiendo que mis méritos no lo aplacarían. Como resultado, yo no amaba a un Dios justo y airado; más bien lo odiaba y murmuraba contra El. Sin embargo, me aferraba al querido Pablo y tenía un gran anhelo por saber de qué estaba hablando. Noche y día yo reflexionaba hasta que vi la conexión entre la justicia de Dios y la declaración de que "el justo por la fe vivirá." Entonces entendí que la justicia de Dios es esa justicia por la cual a través de la gracia y la pura misericordia Dios nos justifica por la fe. De allí en adelante sentí como si hubiese nacido de nuevo y hubiese entrado por las puertas del paraíso. Toda la Escritura tomó un nuevo significado, y donde antes la "justicia de Dios" me llenaba de odio, ahora llegó a ser para mí inexpresablemente dulce con gran amor. Este pasaje de Pablo fue para mí la puerta del cielo...”
martes, 29 de agosto de 2023
¿Qué entendió Lutero sobre la religión?
"Si tienes una verdadera fe en Cristo como tu Salvador, entonces tienes un Dios de gracia, porque esa fe te guiará hacia el corazón y la voluntad de Dios, abriéndote sus puertas para que conozcas la gracia pura y el amor desbordante. Ver a Dios en fe es que veas su fraternal y compasivo corazón, en el cual no hay ira, ni falta de gracia. El que ve a Dios como airado no ve en El correctamente, sino que mira a través de una cortina como si una nube negra se le hubiese puesto frente a su rostro."
Lutero
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