Tito 1:1-4: La salutación siempre al principio de
una carta indica el lugar desde dónde escribe y quien es el autor y a quién le escribe. Pablo le escribe a Tito. Se presenta como
siervo y apóstol. Le escribe una carta conforme a la fe y el conocimiento de la
verdad. Le escribe en la esperanza de la vida eterna. Pablo le desea gracia,
misericordia y paz de Dios y de Jesucristo.
El saludo
es importante para las personas. Cuando dos personas se encuentran lo que primero hacen es
saludarse mutuamente. El saludo implica reconocer al otro como igual a uno. Con
el saludo se logra interpelar a la otra persona. Se busca la aceptación y la
gracia de la otra persona. ¿Qué pasa cuando no saludamos a la otra persona? Es
como si no existiera para nosotros. Pablo saluda a Tito deseándole gracia,
misericordia y paz de Dios y de Jesucristo. Nuestro saludo debería ser similar.
Pablo fundamenta
su esperanza en la vida eterna en la naturaleza y en la promesa de Dios: Dios
no miente, siempre dice la verdad. La
promesa es desde antes del principio de las cosas. Destaca que la promesa de
nuestra vida eterna existía desde antes de todas las cosas apelando a la
eternidad de Dios. Es como si los planes de Dios hubieran estado escondidos a
la vista de los hombres hasta que Dios decidió manifestar sus planes a través
de la predicación.
Pablo señala
que la predicación le fue encomendada por mandato de Dios. Dios decidió que era
tiempo de que sepamos sus planes, la esperanza en la vida eterna, y decidió
enviar a personas, como Pablo, para que nos enseñaran la esperanza de la vida
eterna. Pablo se muestra como siervo al
señalar que predica por mandato de Dios. No es por su propia voluntad o deseo
que predica la esperanza de la vida eterna sino porque Dios lo envía a
predicar.
¿Qué parte
me toca a mí?
Reconocer mi condición de siervo. Dios me
salvó para buenas obras. Le pertenezco a Dios, mi voluntad debe estar rendida a
Dios. ¿Qué es lo que me impide servirle full time? ¿Qué parte del plan no estoy
entendiendo? Creo que no estoy poniendo
los ojos en las manos de mi Señor. Debo reenfocar mi vida hacia lo que Dios
está haciendo ahora y encaminar mis pasos hacia sus caminos. Debo andar por la
senda que Él trace para mi vida. Mirar sus manos ¿en dónde está obrando Dios? ¿Qué
estoy esperando para unirme a sus obras?
He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, Y
como los ojos de la sierva a la mano de su señora, Así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios,
Hasta que tenga misericordia de nosotros - Salmos 123:2
Porque te tomé de los extremos de la tierra, y de sus principales te llamé,
y te dije: Mi siervo eres tú, te escogí, y no te deseché – Isaías 41.9
Detén asimismo á tu siervo de
las soberbias; Que no se enseñoreen de mí: Entonces seré íntegro, y estaré
limpio de gran rebelión. Salmos 19:13
"Un cristiano que vive como siervo de Dios desea hacer la voluntad de Dios en todos los aspectos." Getz Gene
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