lunes, 22 de abril de 2013

La correcta actitud frente a las Escrituras.


Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí. Y no queréis venir a mí, para que tengáis vida. Juan 5.39-40. 


Los judíos escudriñaban la Ley y, sin embargo, no reconocieron a Cristo cuando vino. ¿Qué les pasó? ¿Cómo fue posible que los mejores estudiantes de la Biblia del mundo, que leían las Escrituras continua y meticulosamente, rechazaran a Jesús? ¿Cómo pudo suceder eso?


Las leían con la mente cerrada. No para buscar a Dios, sino para encontrar argumentos que apoyaran sus puntos de vista. No amaban a Dios de veras; amaban sus propias ideas acerca de Dios. Era tan probable que el agua penetrara en una roca, como que la Palabra de Dios penetrara en sus mentes. No aprendían teología humildemente en la Sagrada Escritura, sino que usaban la Escritura para defender una teología que habían compuesto ellos mismos. Todavía existe el peligro de someter la Biblia a nuestras creencias en lugar de viceversa.

Mi actitud frente al estudio de la Palabra hará que ame más a Cristo o que me aleje de Él.

Fuente: Comentario al nuevo testamento W. Barcay.

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